Crucé los mares
y al llegar a la otra orilla
quemé mis naves
una
dos,
tres,
mil veces las quemé
y Ella,
mil veces el incendio a mi descuido apagó.
mil veces el incendio a mi descuido apagó.
la vez que estuve más cerca de
lograrlo
Ella,
escondida por las noches las reconstruyó.
escondida por las noches las reconstruyó.
Los días oscuros sin luna
que me quedé sin provisión alguna,
al borde de peñascos,
reventadores de olas,
feroces riscos...
Ella,
cruzó clandestina desde su orilla en
botes camuflados,
tomó mis naves y regresó siempre con
provisión
-que nadie pidió, pero tampoco
despreció ni agradeció-
Yo no pienso volver a subir a esas
naves
ni regresar a la orilla de la que una
vez
y para siempre partí...
pero Ella no dejará que me deshaga
de ellas,
sé que alberga la posibilidad
de que un día quiera
regresar,
mientras,
hace todo lo posible por traer su
orilla a la mía..
...y eso jamás sucederá