jueves, 5 de julio de 2012

la del día a día.

Existe una revolución
                     una que es otra
fuera de las cámaras de televisión
  de las redes sociales
   de los documentales
una que es muy pobre de capital
pero muy rica de memoria y tiempo

La que se hace todos los días
    esa,   
      la del estudiante de barrio pobre
         que no tiene nada que perder
              y le grita asesino al chafarote en el poder
ese que quizá escriba reVeldía con falta,
   pero con mucha legitimidad,
     porque lee de libro prestado
          y lo aprende mejor que la del colegio más caro.

Esa otra revolución,
que se hace sembrando flores
    que luego le revienta como panfleteras
        al Coronel de cemento en su cara sin argumento
            esa de la muchacha emputada
               que le agarra los huevos al ingeniero minero
                     y mueve a todo un pueblo a plantarle cara al cianuro

la revolución de a pie
la del día a día
la que  despierta cada día
la que amasa la doña María en resistencia
      cuando hace el mixtamal
         que palmea Juana cuando alimenta el jornal
la del mecapal de Juan
     ese, que más que pisto carga paciencia
la que forjamos todos cada que nos amamos
esa lenta pero segura
esa que no sale en la televisión
         ni se planifica en ningún computador.

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