lunes, 3 de febrero de 2014

Mi saco verde

Ayer empecé a cocer un saco
es verde con cordones rojos
no es muy grande
pero al terminarlo 
pienso grabarle un conjuro
     para que no tenga fin
es decir, 
voy a convertirlo en saco sin fondo.

Se vera pequeño 
          y ser portátil.

 En ese saco voy a meter:
 las sonrisas de las niñas y niños
 cuando les hago caritas de pescado 
     o naricitas de conejo. 

Voy a meter todos los suspiros 
    de la gente cuando ve algún atardecer 
     y se nostalgea de contingencias. 

Voy a guardar todas las miradas de amor 
    que vea en hombres y mujeres.

 Ahí meteré cada silencio respetuoso
            esos silencios solidarios 
que aveces las personas dejan ir cuando el dolor del otro
        y correré a tomar para mi saco los abrazos
 en los que muchas veces se manifiestan esos silencios.

 Meteré cada grito solidario de indignación y protesta.
 Los cantos de amor
 las palabras de rabia. 

Guardaré lo hermoso
  todo lo hermoso de las personas 
                      en las calles
                            en las casas, 
                                  los parques...

 Así cuando vea las manifestaciones de odio
           la estupidez que grita paredón
                para quien se alza y se rebela
             para cuando vea el egoísmo
 la miseria
el odio humano
 pueda meter mi cara en ese saco 
      y recordar que no todo esta perdido
que hay una posibilidad. 

Será mi saco de esperanza
mi contenedor de impulsos asesinos.

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