Ayer
empecé a cocer un saco
es verde con cordones rojos
no es muy grande
pero al terminarlo
pienso grabarle un conjuro
para que no tenga fin
es
decir,
voy a convertirlo en saco sin fondo.
Se vera pequeño
y ser portátil.
En ese saco voy a meter:
las sonrisas de las
niñas y niños
cuando les hago caritas de pescado
o naricitas de conejo.
Voy a meter todos los suspiros
de la gente
cuando ve algún atardecer
y se nostalgea de contingencias.
Voy a
guardar todas las miradas de amor
que vea en hombres y mujeres.
Ahí
meteré cada silencio respetuoso
esos silencios solidarios
que aveces
las personas dejan ir cuando el dolor del otro
y correré a tomar para
mi saco los abrazos
en los que muchas veces se manifiestan esos
silencios.
Meteré cada grito solidario de indignación y protesta.
Los
cantos de amor
las palabras de rabia.
Guardaré lo hermoso
todo lo
hermoso de las personas
en las calles
en las casas,
los parques...
Así
cuando vea las manifestaciones de odio
la estupidez que grita paredón
para quien se alza y se rebela
para cuando vea el egoísmo
la miseria
el odio humano
pueda meter mi cara en ese saco
y recordar que no todo
esta perdido
que hay una posibilidad.
Será mi saco de esperanza
mi
contenedor de impulsos asesinos.
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